De ABC 7/02/2010.
ETA almacenaba en Portugal 1.500 kilos de explosivo
EFE Agentes de la GNR de Portugal, con el material hallado en el polvorín de ETA en Óbidos
El comando desarticulado tenía ordenes de atentar en aeropuertos
Los últimos detenidos tenían orden de atentar contra aeropuertos y oleoductos
La banda contaba desde hace un año con una base estable en Portugal
D. MARTÍNEZ / J. PAGOLA | MADRID
Domingo , 07-02-10
La «base logística» que ETA estaba instalando en Portugal iba perdurar en el tiempo. Los 1.500 kilos de explosivo almacenados en la casa de Óbidos -en principio se cifró en 500- hablan por sí solos sobre los planes de la banda desde territorio luso. Es uno de los mayores polvorines de ETA e incluso supera al intervenido en octubre de 2004 en la detención del jefe del «aparato políticos» de la banda «Mikel Antza».
En el garaje de la vivienda de Óbidos ETA guardaba 1.330 kilos de nitrato amónico distribuidos en doce bidones y cuatro sacos, 75 kilos de nitrato potásico en tres sacos, 40 litros de ácido sulfúrico, pentrita, polvo de aluminio y nitrometano. No obstante, este arsenal no era suficiente para fabricar bombas.
Faltaban los componentes electrónicos interceptados el pasado 10 de febrero por la Guardia Civil en Bermillo de Sáyago (Zamora). La suma de lo localizado en Óbidos y lo incautado en ruta hubiera permitido a la banda mantener desde territorio luso una actividad terrorista durante años. Se cree que este plan criminal está guardado en el ordenador intervenido a la ya detenida Iratxe Yáñez -desentrañarlo no está resultando una tarea fácil- y en los portátiles hallados en la casa ocupada por los fugados Andoni Zengotitabengoa y Oier Gómez Mielgo.
Una operación crucial
La operación realizada por la Policía portuguesa en estrecha colaboración con la Guardia Civil tiene una trascendencia mayúscula, porque ETA, desde la base de Óbidos, habría tenido capacidad no sólo para fabricar explosivos, sino también para confeccionar coches bombas, como el que que utilizó para echar abajo la T-4 de Barajas el 30 de diciembre de 2006 en plena negociación con el Gobierno de Zapatero. De hecho, fuentes de la lucha antiterrorista -informa Vasco Press- destacan el paralelismo de la base portuguesa con la descubierta en septiembre de 2007 en Cahors (Francia), de donde salió el coche bomba que destruyó la T-4 y asesinó a los ecuatorianos Carlos Palete y Diego Estacio.
Prueba también el pleno rendimiento que ETA pretendía sacar al «taller de bombas» de Óbidos es el hecho de que ya había instalado en el cuarto de baño de la vivienda un laboratorio para la mezcla, composición y manipulación del explosivos, similar también al descubierto en Cahors y que era gestionado por el ya detenido Luis Ignacio Iruretagoyena, «Suny», especialista en explosivos.
ya había instalado en el cuarto de baño de la vivienda un laboratorio para la mezcla, composición y manipulación del explosivos
Este plan de ETA en Portugal, aunque empezó a desbaratarse el pasado 10 de enero en Zamora, entró en fase terminal hace siete días. Así, el 1 de febrero en un control de la Guardia Nacional Republicana en Óbidos fueron detectados los ocupantes de una furgoneta Citroën Berlingo, blanca, que más tarde serían identificados como los etarras Andoni Zengotitabengo y Oier Gómez. El vehículo se desvió por un camino y perdió la matrícula delantera, que correspondía a otro de la misma marca, modelo y color, robado en febrero en Castelo Brando (Portugal).
Un recibo, prueba clave
En la furgoneta los agentes hallaron varias matrículas portuguesas, cuatro detonadores de los que habitualmente utiliza ETA y el recibo de una compra realizada el 17 de enero en un supermercado de la zona en el que figuraba la hora en la que pagó. Fue un dato clave. Los investigadores se dirigieron al establecimiento, visionaron la grabación de la fecha y hora que aparecían en el ticket y allí descubrieron que el etarra era Zengotitebengoa, que junto a Oier Gómez vivía en la casa de Óbidos. Este último fue identificado por una foto de carné que se dejó tras dejar el chalé.
La policía lusa se puso en alerta y días después se encendieron las alarmas. El 4 de febrero la Guardia Nacional Republicana de Portugal recibió el aviso de un vecino de la aldea de Casal de Avarela, próxima a Obidos, sobre una casa que llevaba varios días con la puerta principal abierta y las luces del interior encendidas. Era la guarida de los etarras. Alquilada con documentación falsa española, la casa era un polvorín. Hasta allí ETA había conseguido llevar 1.500 kilos de explosivos que guardaba en el sótano.
Además, se hallaron, entre otros efectos, dos ordenadores portátiles, una cámara de fotos, una caja con tres teléfonos móviles con las inscripciones «Madrid», «Portugal» y «Cádiz» y una caja con la inscripción «Mundo» (se corresponde con un tipo de tarifa telefónica) con una tarjeta Sim prepago. También había tres catálogos de instrumentación científica, una carpeta con varios planos de Portugal y España con anotaciones manuscritas y un mapa de la región de Coimbra. Ya sin anotaciones, tenían varios planos de Madrid, Cádiz y San Fernando, de la zona norte de Portugal y notas de horarios autobuses de Cádiz.
Ayer los planes de ETA en Portugal quedaron destruidos en una cantera próxima a la casa que tenían por escondite. La Policía hizo estallar la mayor parte del explosivo y el comandante Barros dijo que la operación tuvo que hacerse con precaución por la posibilidad de que hubiera trampas, informa Belén Rodrígo.
Los investigadores portugueses no descartan que ETA otros «escondites».
