Felipe V cambió el título oficial del Reino, efectivamente. Como es obvio, el Reino ya existía mucho antes y sus reinos predecesores datan del siglo VIII. Se remontan al primer Rey de Asturias, ese hijo de Pelayo al que se lo merendó un oso (Favila)
En la Fortaleza de Monterreal de Bayona (Pontevedra), que está cerca de donde vivo hay una inscripción bien clarita que data de la segunda mitad del siglo XVII, y que reza que dicha construcción fue construida 'Reinando en España Felipe IV'.
Fíjese que no decía 'Reinando en Galicia' ni 'Reinando en Castilla' y ni mucho menos 'Reinando en Castilla, Aragón, León y Navarra'. Decía 'Reinando en España', título por entonces extraoficial hasta que décadas después Felipe V lo hizo oficial definitivamente.
Esas inscripciones (las hay por decenas en monumentos varios) no engañan, la Historia con mayúsculas (las fuentes originales) no engaña. Está ahí a la vista, en monumentos y museos, y negarla es negar la evidencia.
En 2007 cada uno puede hacer su interpretación según gustos, se puede decir que los españoles no existían hasta ayer a las cinco menos cuarto, es igual. Cada uno está en su derecho de interpretar la Historia a su manera y según su ideología.
Y si los españoles actuales queremos interpretarla a nuestra manera, también lo tenemos. Durante 2 milenios muchos habitantes de Hispania primero, de Spania después y de España hoy se han identificado con un proyecto común, con un territorio de convivencia y progreso común, diferente de los demás territorios. Es una tradición bimilenaria que llega hasta nuestros días y que fructifica en nuestro país (en nuestra opinión). Es la tradición del obispo Hidacio, de Isidoro de Sevilla y de Beato de Liébana, y desde luego que nada ni nadie va a hacer que yo renuncie a ella.