madrid- Islandia es un país aliado, sin enemigos cercanos y sin Fuerzas Armadas. Su ubicación en medio del mar le mantiene alejado de posibles ataques terrestres. Menos a salvo está de ofensivas por mar o por aire. Por eso, la OTAN decidió en su momento encargarse de proteger el espacio aéreo del país nórdico como ya hace con las repúblicas bálticas, tras detectar algunos riesgos y carencias que padece esta nación. España, como miembro de la Organización Atlántica, se ha ofrecido para participar en la misión y poner medios de combate para cumplirla. Y eso será el próximo año. La decisión está tomada, aunque sólo en el plano político. Falta, según fuentes militares, que se concreten las capacidades que puede aportar España a Islandia en éste ámbito y según las necesidades del país nórdico, y la definición militar de la misión, algo que debe estudiar el comité militar de la OTAN. Además, tendrán que estudiar los turnos que se establecerán para proteger a los islandeses. Pero según fuentes militares consultadas por LA RAZÓN, el diseño de despliegue que se ha aplicado en las repúblicas bálticas es con toda probabilidad el que se desarrollará en Islandia. El Ejército del Aire participó en 2006 en esa misión con cuatro cazas Mirage F-1 y 83 efectivos. Durante cuatro meses, y con base en Lituania, el destacamento «Haris» realizó 150 vuelos y dos interceptaciones de aviones que no se identificaron. Las fuentes antes citadas señalan que el tipo de avión y el número de aparatos que se desplegará en la nueva misión, que comenzará el año que viene, será el mismo, aunque podría variar, según las necesidades, el número de efectivos que los acompañen. De la misma manera, estas fuentes subrayan que más allá de que sea una misión de mera policía aérea es una oportunidad «excelente» para el Ejército del Aire, no sólo de cara a la OTAN sino a demostrar las capacidades que pueden desarrollar y los entrenamientos en condiciones climáticas tan frías como las habituales en Islandia. El propio ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, fue el encargado el pasado mes de septiembre, durante su visita al país nórdico, de confirmar que la decisión política estaba tomada. Pese a que Islandia no pertenece ni a la Alianza Atlántica, ni a la ONU ni a la Unión Europea, mantiene relaciones bilaterales con muchos de los países integrantes de estos organismos y participa en decisiones que toman los mismos. El enfrentamiento diplomático entre Islandia y el Reino Unido puede acelerar el comienzo de la misión y la participación española. Reykiavik ha prohibido que cazas británicos protejan su espacio aéreo como respuesta al embargo de activos bancarios islandeses en Londres. A la Royal Air Force, el Ejército del Aire inglés, le correspondía en diciembre hacerse cargo de los cielos islandeses, pero el rechazo del Ejecutivo de Reykiavik hará que otro país tenga que hacerse cargo del mismo. En este punto está la negociación política, tratando de dilucidar que hacer con el turno británico. Mientras el gobierno de la isla asegura que las aeronaves británicas no serán sustituidas por otras y que se empleará el radar pasivo en tierra para la vigilancia del aire, en la OTAN ya buscan salida a la situación. Al mismo tiempo, en España se hacen cálculos del coste de la misión. Las circunstancias económicas han empeorado mucho desde que se planteó la opción de participar en este despliegue, y con el recorte presupuestario que ha sufrido Defensa hay quienes dudan de que finalmente se pueda llevar a cabo.
Sinceramente nem sei porque é que a nato se anda a dar ao trabalho de defender um país que anda a oferecer-se à rússia
O nome oficial é 'Ejército del Aire'