« Responder #2524 em: Abril 21, 2025, 06:47:17 am »
Defensa ultima una batería de programas de armamento para elevar el gasto militar al 2% del PIBEl Ministerio de Defensa está ultimando una batería de programas de armamento para lanzarla en los próximos meses con el objetivo de alcanzar el 2% del PIB (Producto Interior Bruto) en gasto militar en un futuro inmediato, según fuentes gubernamentales. Se trata de proyectos tecnológicos en áreas como las comunicaciones, sistemas de mando y control o aviones y vehículos de combate de nueva generación, en los que las empresas españolas tendrán una participación relevante. Con el objetivo de capacitar a la industria nacional para afrontar este exigente desafío desde el punto de vista tecnológico y productivo, el Ministerio de Industria pondrá en marcha una nueva línea de financiación denominada Fores y dotada con al menos 1.000 millones anuales, según las mismas fuentes.
A falta de datos definitivos, el gasto militar español se situó el año pasado cerca del 1,40% del PIB, por lo que aún haría falta un notable empujón para llegar al 2%, pero el Gobierno no renuncia a alcanzarlo este mismo año, algo que dan por descontado varias fuentes, en función de cómo se interprete el concepto de inversión en defensa y seguridad, que España quiere flexibilizar para incluir conceptos como la protección frente a amenazas híbridas, como los ciberataques. Fuentes oficiales advierten de que el plan aún no se ha cerrado, aunque deberá aprobarse antes de que el presidente Pedro Sánchez acuda el 24 de junio a la cumbre de la OTAN en La Haya, Países Bajos, la primera desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca.
El pasado 28 de marzo, 48 horas después de anunciar en el Congreso que el Gobierno presentará antes del verano un “gran plan nacional para el desarrollo e impulso de la tecnología e industria de seguridad y defensa española”, el presidente del Gobierno recibió en La Moncloa a los máximos directivos de las principales empresas de los sectores de seguridad y defensa, por un lado, y del aeroespacial y telecomunicaciones, por otro. A dichas citas acudieron, entre otros, los responsables de Indra, Airbus, Telefónica o Navantia. A todos les instó a acometer inversiones en sus compañías para ganar tamaño y capacidad ante el crecimiento exponencial de la demanda de equipos militares, tanto a nivel español como europeo. Fueron significativas las ausencias: La Moncloa no invitó a empresas de armamento que no están en manos españolas, como la fabricante de blindados Santa Bárbara Sistemas, que el Gobierno de José María Aznar vendió en su día a la estadounidense General Dynamics, dejando clara su apuesta por el desarrollo de la industria nacional.
El Consejo de Ministros ya aprobó este 8 de abril una transferencia de 2.084 millones al Ministerio de Defensa para hacer frente al pago de los programas de modernización en curso. A esta se suman otras dos transferencias de crédito por 368 y 70,3 millones para las retribuciones de los militares, 62,4 por los gastos de la Dana, 441,2 para el ministerio y sus organismos autónomos y 567 para operaciones militares en el exterior. En total, el presupuesto que gestiona la ministra Margarita Robles se ha incrementado en 3.154,6 millones en lo que va de año; un aumento de casi el 25% sobre la cantidad inicial prorrogada de 12.825 millones.
Buena parte del esfuerzo económico para llegar al 2% del PIB en gasto militar correrá a cargo del Ministerio de Industria que, además del citado programa Fores, financiará una serie de proyectos militares. El primero de ellos, ya aprobado este 15 de abril, es el nuevo programa de observación de la tierra Paz 2, cuyos dos satélites espía serán construidos por la compañía Hisdesat, con un crédito de 1.011 millones del departamento que dirige Jordi Hereu a desembolsar en ocho años.
Además, Industria financiará la mayoría de los programas que ultima Defensa; muchos de ellos de nueva planta, aunque algunos ya han sido desarrollados y ahora se trata de iniciar su fabricación o contratar nuevas fases de producción. Aunque no hay cifras definitivas, su coste total oscilará entre 10.000 y 15.000 millones de euros (que se sumarán a los 43.000 que cuestan los 56 programas de armamento ahora en curso) y las entregas se prolongarán hasta entrada la próxima década. Estos son los principales:
SCRT (Sistema Conjunto de Radio Táctica). Es una de las asignaturas pendientes de las Fuerzas Armadas españolas, especialmente del Ejército de Tierra. Su objetivo es completar la sustitución de las radios convencionales que operan en banda UHF/VHF y HF por el sistema digital SDR (Radio Definida por Software), más seguro y con mayor capacidad, que utilizan ya muchos países de la OTAN. El programa, desarrollado por Telefónica, Aicox y la israelí Elbit, asciende a 738 millones.
MC3 (Mando Control y Comunicaciones). Vinculado al anterior está la modernización del sistema de mando y control del Ejército de Tierra y la Infantería de Marina mediante la creación de una Infraestructura de Información y Comunicaciones (ICI) segura e interoperable con la de los ejércitos aliados, que preste servicio a las unidades militares desplegadas en el teatro de operaciones, mediante una red de estaciones y plataformas móviles. Su presupuesto asciende a 970 millones.
NGWS/FCAS (New Generation Weapons System / Future Combat Air System). Integrado por Francia, Alemania y España, es el más ambicioso proyecto militar europeo de la historia. Su objetivo es contar con un nuevo sistema de guerra aérea que no solo incorporará un caza de sexta generación sino también drones y sensores interconectados en una nube de combate. Indra es la encargada de coordinar la participación de la industria española. Además de contribuir al presupuesto común aportando 2.500 millones de euros para el diseño y desarrollo del sistema hasta 2027, España tiene pendiente la aprobación de su fase nacional, con 700 millones.
VAC (Vehículo de Apoyo de Cadenas). Es el blindado que sustituirá a los viejos TOA (Transporte Oruga Acorazados) M-113 de la Guerra del Vietnam. Ya se han aprobado las primeras fases del proyecto, pero está pendiente la fabricación de 394 unidades por un importe de 1.979 millones. Correrá a cargo del consorcio Tess, liderado por Indra e integrado también por Santa Bárbara, SAPA y Escribano (EM&E); el mismo que fabrica el blindado VCR 8x8 Castor, cuyas entregas acumulan incumplimientos y retrasos.
SILAM (Sistema Lanzador de Alta Movilidad) Es un sistema de artillería de largo alcance, hasta 300 kilómetros, y alta precisión que viene a cubrir el hueco que dejó hace 14 años en el Ejército español la baja del lanzacohetes Teruel, cuya necesidad se ha visto reforzada por la guerra de Ucrania y responde también a una demanda de la OTAN a los países aliados. Se ha adjudicado a una UTE (Unión Temporal de Empresas) formada por Escribano (EM&E) y Expal, propiedad de la empresa germana Rheinmetal, con tecnología de la israelí Elbit. Su importe asciende a 714 millones.
VERT (Vehículo de Exploración y Reconocimiento Terrestre). Se trata de una versión mejorada del vehículo de reconocimiento del Ejército de Tierra dotado de un mástil con cámara y telémetro láser montado sobre un Vamtac (Vehículo de Alta Movilidad Táctica) y equipado con drones para ampliar su radio de actuación. Ha sido desarrollado por Navantia y Urovesa y su coste es de 159 millones.
C-UAS (Sistemas contra Vehículos No Tripulados). Son sistemas de defensa contra los drones, que se han convertido en la mayor amenaza en guerras como la de Ucrania. Combinan radares, cámaras y antenas para localizar a los vehículos no tripulados e inhibidores y armas de fuego para neutralizarlos. El Ejército de Tierra tiene ya desplegado el sistema Cervus en Eslovaquia y Defensa ha encargado el Aracne al consorcio formado por Indra y Escribano, con TRC como socio, por 36,5 millones.
Helicópteros 145 y NH90. España adquirió en 2021 un total de 36 helicópteros H145 para el Ministerio del Interior, el Ejército del Aire y la Armada. Y ahora planea incorporarlo al Ejército de Tierra. El helicóptero NH90, del que se han encargado 45 aparatos, se ha integrado en los ejércitos de Tierra y Aire y está pendiente la entrega de siete unidades navales para la Armada. Airbus Helicopters fabrica ambos modelos, con una planta en Albacete.
Nuevo avión entrenador. La adquisición de un nuevo avión de entrenamiento para los pilotos de caza y ataque es de la máxima urgencia para el Ejército del Aire y del Espacio. A finales de esta década se darán de baja los últimos Northrop F-5 de la base de Talavera la Real (Badajoz), con medio siglo en servicio. El sustituto preferido es el Hürjet turco. El Ministerio de Defensa ha firmado ya un protocolo de colaboración con su homólogo turco y negocia la participación de empresas españolas en su fabricación. En su día se adquirieron 70 F-5, de los que quedan 19 en activo, y ahora se estima que la cifra mínima de aparatos sería de 24. Se baraja su intercambio por seis aviones A400M de transporte fabricados por Airbus en su planta de Sevilla, de los 27 que España se comprometió a adquirir y el Ejército del Aire no necesita, pues le basta con 17.
Buque de Apoyo en Combate (BAC). La construcción de un nuevo buque de aprovisionamiento para la Armada española, similar al Cantabria, la anunció Pedro Sánchez en enero de 2024 durante su visita a los astilleros públicos de Navantia en Ferrol (A Coruña), donde se construirá. Sustituirá al Patiño, que acumula ya tres décadas navegando. Está previsto que la orden de ejecución, por un importe de 439 millones de euros, se firme el próximo mes de junio.
Buques Acción Marítima (BAM). Está pendiente la construcción de dos nuevos buques multipropósito, lo que elevará a ocho el número de unidades de este tipo con que cuenta la Armada española. Su construcción se hará en los astilleros de Navantia en la bahía de Cádiz, con un techo de gasto de 550 millones.