La defensa de Badajoz en agosto de 1936

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Lancero

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La defensa de Badajoz en agosto de 1936
« em: Dezembro 08, 2006, 11:28:33 pm »
À atenção dos nossos colegas espanhóis, especialmente do José M. que é de Badajoz e sei que interessado na matéria

http://www.kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=27690

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La defensa de Badajoz en agosto de 1936 según el coronel Puigdengolas
El coronel Puigdengolas dejó escrito un informe pormenorizado donde se detallas los pasos que se dieron con el fin de hacer frente en agosto de 1936 a las columnas africanistas procedentes de Sevilla en la defensa de la ciudad de Badajoz
"Portugal civilizou a Ásia, a África e a América. Falta civilizar a Europa"

Respeito
 

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Jose M.

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« Responder #1 em: Dezembro 10, 2006, 11:06:51 am »
Obrigado, caro Lancero. Vou la a ler...
 nx2l1
 

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Jose M.

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« Responder #2 em: Dezembro 10, 2006, 04:11:55 pm »
Nao conhecia o documento, é muito interesante e perto da verdade. Mas acho que o coronel Puigdengolas fiz um relatorio de desculpa da sua responsabilidade.

  Badajoz ficó isolado da Espanha republicana. Merida ja foi tomada e Cáceres foi do primeiro momento rebelde.

  Ainda mais, as tropas africanas foram muito bem trenadas e tinhan muita pratica no combate. Nao assim as tropas em Badajoz que ficabam dispersas entre rebeldes e fieis a Republica. E os "milicianos"... melhor esquezer.

   Ao ler o relatorio do coronel Puigdengolas paresce que a entrada em Badajoz do Tte. Col. Yagüe foi um passeio, mas houve uma grande resistencia. Ainda hoje temos o chamado "Parque de la Legión" onde moreram decenas de legionarios na tomada das muralhas.

 Só ficaba tentar a fugida a Portugal, mas o Governo portugues de entao devolveu muitas pessoas a Espanha.

  Logo chegaram as represalias, ainda hoje na polemica. Há "historiadores" como o Pío Moa que chama "lenda" aos fuzilamentos de Badajoz.
 
  Neste link a testemunha do Mario Neves, o primeiro jornalista portugues em chegar a Badajoz.

http://www.fmsoares.pt/arquivo_biblioteca/dossier08/03a_MNGCE.asp#2

  Cumprimentos
 

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papatango

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« Responder #3 em: Dezembro 10, 2006, 04:37:55 pm »
Pio Moa, não é evidentemente um "historiador" sério.

Ele inclui-se dentro da linha hoje em voga, daqueles que tentam negar os crimes das ditaduras.

A verdade, é que também lhes deram pano para mangas ao diabolizar as ditaduras de uma forma tal, que criaram espaço para demonstrar o contrário.

Infelizmente todas as ditaduras tiveram pontos positivos, e eles devem-se considerar, sem que isso signifique defender as ditaduras. Aliás, acredito que  os pontos positivos devem ser discutidos e analisados, porque tal análise dá muito maior credibilidade às críticas.

As tropas africanas não só estavam melhor treinadas, como eram compostas por grande quantidade de muçulmanos, com um entendimento muito diferente do que era respeito pela vida, mesmo para os padrões dos anos 30.

A operação de Badajoz e na zona da fronteira demonstra acima de tudo a necessidade do apoio do governo português a Franco.
Sem o apoio de Salazar, Franco nunca tería ganho a guerra. Bastaria um governo português hostíl, para reduzir o numero de forças dos rebeldes de Franco nas restantes frentes. Além disso, grande parte dos armamentos eram enviados através de Portugal.

O governo português por exemplo, comprou armamentos aos italianos (e não houve nenhuma quantidade significativa de armas italianas ao serviço em Portugal) e nas negociações e documentos de compra, está escrito que as armas serão fornecidas imediatamente a Portugal, retiradas dos stocks italianos, por causa da urgência da sua necessidade.

Ora evidentemente Portugal não tinha nenhuma urgência imediata de armas italianas. As armas eram fornecidas pela Itália a Portugal, como fornecimentos normais, e imediatamente enviadas para as forças franquistas.

A Andaluzia e a Estremadura espanhola eram politicamente de esquerda, e  essa era também uma razão para aplicar uma politica de terror, que impedisse através do terrorismo e das atrocidades, instigar tanto medo nas populações que as impedisse de resistir.

Essas práticas foram utilizadas deste o tempo dos mongóis, e eram uma prática dos árabes.

Logo, o massacre ocorrido em Badajoz, não é uma invenção, ele foi uma realidade, que é aliás explicada pela história e pela tradição das forças muçulmanas em que Franco se inspirou, dadas as suas relações com o exército do norte de África.

O Islão influenciou Franco, no que respeita às suas tradições e tácticas militares e as acções posteriores como a batalha do Ebro, organizada para desgastar a república e especialmente a Catalunha são uma prova disso.

Cumprimentos
É muito mais fácil enganar uma pessoa, que explicar-lhe que foi enganada ...
Contra a Estupidez, não temos defesa
https://shorturl.at/bdusk
 

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Menacho

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« Responder #4 em: Dezembro 10, 2006, 04:41:24 pm »
En cuanto pueda les voy a mostrar unas fotografias de los puntos mas destacados de Badajoz en la Guerra Civil, como la muralla, el parque de la Legion, la alcazaba, el cementerio.......
 

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Jose M.

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« Responder #5 em: Dezembro 10, 2006, 08:23:08 pm »
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MILLÁN ASTRAY, LEGIONARIO    

Luis E. Togores

ISBN: 8497341031


Capítulo 1
ONCE DÍAS QUE DECIDIERON EL FUTURO DE ESPAÑA
Aún no ha transcurrido un mes desde el inicio del golpe de Estado que va a degenerar en una guerra civil. El teniente coronel Yagüe marcha por la Ruta de la Plata hacia Madrid al mando de una columna de soldados del Ejército de África con objetivo Madrid.
El 13 de agosto recorre como una exhalación los 60 km que separan Mérida de Badajoz. Ante él se yerguen las murallas, que rodean la ciudad por tres lados, reforzadas por un sólido sistema de fuertes exteriores, apuntalados por el cuartel de Menacho.
Con su columna reducida a tres mil hombres, pues ha visto menguados sus efectivos por haber tenido que dejar en Mérida a la Agrupación Tella para rechazar un fuerte contraataque rojo, Yagüe se lanza sobre Badajoz, defendida por cerca de ocho mil hombres que mandaban el prorrepublicano coronel Puigdengolas y el coronel Cantero del Regimiento 16º de Infantería.
A las cinco y treinta y cinco de la madrugada del 14 de agosto Yagüe envía un telegrama a su jefe, Franco: «En este momento empiezo combate sobre Badajoz. Ruégole cooperación aviación.» Una horas antes, las tropas de Asensio han ocupado el barrio extramuros de San Roque, y la Agrupación Castejón ha tomado varios fuertes, incluido el cuartel de Menacho, en el que sólo resiste el pabellón del coronel.
La escasa artillería nacional concentra su fuego sobre las puertas de Trinidad y Pilar, por ellas deben entrar respectivamente las fuerzas de Asensio y Castejón.
La 5º Bandera de la Legión fuerza al asalto la puerta del Pilar y entra en la ciudad. La resistencia de los defensores convierte el avance en un calvario. Se lucha casa por casa. A golpe de granada, a tiro de pistola. Las bajas son enormes. Son detenidos en su avance en los aledaños de Correos.
La Agrupación Asensio tropieza con fuerte resistencia desde el primer momento. Por «la brechas de la muerte» la 16º compañía de la 4º Bandera del Tercio de Extranjeros se lanza a la bayoneta calada para forzar la puerta de Trinidad. Los legionarios se abren paso con granadas y cargando a pecho descubierto. Avanzan cantando el himno de la Legión.
A la cuarta intentona, con la tierra de nadie cubierta de legionarios muertos y heridos, el capitán Pérez Caballero y quince legionarios, uno herido de muerte, logran entrar en Badajoz. La fuerza se lanza por la calles y logra tomar el ayuntamiento desde donde informan a Yagüe: «Atravesé la brecha. Tengo 14 hombres. No necesito refuerzos.»
A mediodía la 4º Bandera tiene ya más de cien bajas. La columna Madrid ha tenido doscientas ochenta y cinco. Los defensores más de mil.
En esos mismos momentos el 2º tabor de Tetuán, que ha rodeado la ciudad, entra por la puerta de Carros al tiempo que la Agrupación Castejón ha vencido la resistencia e inicia la ocupación total de la población. Los defensores se han hecho fuertes en diversos puntos de la ciudad. En la catedral resistirán hasta bien entrada la noche.
Terminados los combates, tras la victoria, arengará Yagüe a lo que queda de su tropa: «Legionarios: Merecéis el triunfo: porque frente a los que sólo saben odiar, vosotros sabéis amar y cantar y reír. Allá lejos está Madrid, legionarios, y allí llegaremos todos; porque, para guiar nuestros pasos en la lucha, resucitarán los que aquí cayeron luchando por España. Legionarios de la 16ª Compañía. ¡Qué pocos habéis quedado y qué orgulloso me siento de vosotros! Gritad conmigo: ¡Viva España! ¡Viva la República! ¡Viva el Ejército!
La toma de Madrid es objetivo prioritario y urgente para Yagüe. Los combates han dado como fruto un número enorme de prisioneros que, dada su cantidad, hace imposible llevarlos en el avance. Las grandes bajas sufridas descartan la posibilidad de dejar parte de los efectivos para vigilar a unos prisioneros que son numéricamente superiores. Se inicia la leyenda negra de las matanzas de Badajoz. La guerra es así.
Aquí fragua definitivamente el mito de fieros y de valor sin límites del que disfrutan las fuerzas fundadas por el teniente coronel Millán Astray hacía dieciséis años.
Nada más estallar el Alzamiento los generales sublevados crean un embrión de dirección militar para la guerra que se inicia. Nace la Junta Suprema Militar, que desaparecerá en poco tiempo, sin dejar apenas más que algunos manifiestos y proclamas. Bandos concluidos con un ¡Viva la República!, firmados por los generales Cabanellas, Queipo, Mola, Franco, Saliquet, Fanjul, Goded, etc.
La inesperada muerte de Sanjurjo, jefe de los militares sublevados, en accidente de aviación, cuando regresaba de Portugal a España provoca un inesperado vacío de liderazgo. El 21 de julio Mola y Cabanellas deciden constituir la Junta Nacional de Defensa. Tendrá sesenta y nueve días de vida:
En la ciudad de Burgos, a 23 de julio de 1936. Reunidos a las 20 horas, bajo la presidencia del Excmo. Señor General de División don Miguel Cabanellas Ferrer, el Excmo. Señor General de División don Andrés Saliquet Zumeta, y los Excmos. Generales de Brigada don Emilio Mola Vidal y don Fidel Dávila Arrondo, encontrándose representado el Excmo. Señor General de Brigada don Miguel Ponte y Manso de Zúñiga, y con él los Coroneles del Cuerpo de Estado Mayor del Ejército don Federico Montaner Canet y don Fernando Moreno Calderón: Se examinó la situación creada ante el éxito del movimiento que, con tan altos fines patrióticos, realizan conjuntamente Ejército y pueblo.
Se acuerda asimismo, después de amplia deliberación, por unanimidad, dar por constituida con los reunidos y representados la referida Junta de Defensa Nacional, con residencia en Burgos, y que desde este momento asuma todos los poderes del Estado, gobierne el país y represente legítimamente sus intereses ante las naciones extranjeras. Se acuerda asimismo por unanimidad que los decretos emanados de esta Junta se promulguen previo acuerdo de la misma, autorizados por la firma del Presidente, el Excmo. Señor General don Miguel Cabanellas.
Uno de los primeros decretos del nuevo gobierno de la España Nacional es designar a Franco como general en jefe del Ejército de Marruecos y del Sur de España, y nombrar a Mola general en jefe del Ejército del Norte.
El alzamiento militar se va vislumbrando no como un rápido asalto al poder, sino como el inicio de una guerra civil sangrienta y de duración impredecible. España se encuentra dividida en dos zonas muy delimitadas, en las que ambos bandos encuentran partidarios y recursos. Resulta cada día más improbable la esperanza de que los nacionales tomen Madrid, y así se zanje el conflicto con una victoria rápida para su causa.
El predominio indiscutible de los militares en el bando nacional, su formación y tradición jerarquizada, les lleva a que, desde un principio, se suscite la necesidad de un mando único, de un jefe, que dirija las operaciones militares. La práctica totalidad de los jefes militares, con la casi única excepción de Cabanellas, son partidarios de esta solución. Queipo, Mola y Franco están a favor de la solución de un mando único militar. El problema es, ¿quién debe ser el elegido en sustitución del fallecido Sanjurjo?
Los nombres que se barajan son Cabanellas, Queipo de Llano y Franco entre los generales de división, y Mola entre los de brigada.
Cabanellas, con 64 años, republicano convencido, resultaba inaceptable para los alfonsinos y doblemente para los carlistas, dada su condición de masón.
Queipo había ascendido desde corneta. A sus 61 años era cuestionable por su ideología y estaba muy desprestigiado entre sus propios compañeros para que éstos le encomendasen conducir la suerte de la España Nacional.
Mola, de 49 años, había organizado el alzamiento, pero dejó muchos cabos por atar; contaba con un excelente historial en el Ejército de África, mas, en este aspecto, Varela lo superaba abrumadoramente. Mola había mostrado cierta pericia en su trato con los falangistas por un lado, y con los carlistas por otro, sin embargo continuaba siendo general de brigada y de menor antigüedad incluso que Orgaz.
Franco daba a los monárquicos la sensación de que era uno de ellos. Estaba respaldado por el Ejército de África, a cuyo mando lograba éxito tras éxito. A los 44 años seguía siendo el más joven de los generales y su nombre estaba en los labios de los moros y legionarios como ejemplo de valor, despertando entre ellos y entre sus mandos una fidelidad ciega.
En medio de este estado de cosas regresa Millán Astray a España. Ha cumplido ya 57 años. En aquellos días el fundador del Tercio de Extranjeros ha cambiado físicamente mucho —numerosas heridas y mutilaciones laceraban su cuerpo y su alma— en relación al hombre que unos años antes había fundado la Legión, no así en voluntad y forma de hacer las cosas, de ver la vida.
Serrano Súñer lo describe como «flaco, de buena estatura, de aspecto quijotesco, de nariz aguda y cráneo braquicéfalo adelantado, acometedor». Su cuerpo es muestra andante de una carrera militar sometida a la dureza y los peligros de la vida en campaña.


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Cumprimentos
 

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Jose M.

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« Responder #6 em: Dezembro 12, 2006, 06:32:52 pm »
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A Guerra Civil de Espanha no concelho de Barrancos
 
A terrífica guerra fratricida que marca a vida da Espanha entre 1936 e 1939 é, indubitavelmente, um acontecimento horrível que marca igualmente o nosso país e, em particular, os territórios que definem a fronteira entre os dois países.


Miguel Rego


Quando em meados de Fevereiro de 1936 a Esquerda Republicana ganha as eleições por menos de 500 000 votos (4,5 milhões contra 4 milhões de votos dos partido de direita, não levando em conta os votos dos partidos radicais que rondaram o meio milhão), a Espanha torna-se um país bicéfalo e a abrir as portas a um conflito armado. O país tradicionalista e religioso não aceitou a derrota e a 18 de Julho, a partir das Canárias, o General Franco apela à sublevação “nacionalista” que o levará até ao norte de África onde inicia o Alzamiento (o levantamento militar) que o perpetuará no poder durante 30 anos.

 

O conflito dura até 1939, transformando-se num campo de ensaios industriais e tecnológicos com fins militares, que servirá em particular para a Alemanha nazi preparar a II Guerra Mundial. O bombardeamento de Guernica, imortalizado por Picasso, é um dos mais violentos e mais paradigmáticos exemplos deste conflito sem regras em que se transformou esta guerra.

Portugal viveu-a como se jogasse aí o seu futuro e, em particular, o futuro político do Estado Novo e do seu chefe António de Oliveira Salazar. Na realidade, o comportamento neutral que se exigia a um país como Portugal, e que tinha sido várias vezes pedido pela Sociedade das Nações, pois o novo Governo Republicano de Espanha havia sido legitimado pelo processo eleitoral legal e democrático de 16 de Fevereiro de 1936, nunca aconteceu. Portugal apoiou desde cedo a rebelião militar Nacionalista que se instala em Sevilha e, a partir daí, espalha o terror e a violência a todo o país.

Naquela que se pensava ser uma guerra rápida, as tropas marroquinas chefiadas por Franco, procuram chegar a Madrid através de Badajoz e Mérida, ficando com a retaguarda salvaguardada e defendida pelos seus aliados portugueses. A fronteira foi então o palco privilegiado do conflito. Não só pela proximidade da guerra, cujos primeiros passos se dão junto ao território português, mas também por ser este o destino de fuga de todos aqueles que abalavam do medo e da violência do conflito armado.

 

Pela sua localização geográfica, o concelho de Barrancos e, em particular, a Herdade da Coitadinha e as Russianas, uma e outra propriedade da família Fialho, encheram-se de fugitivos provenientes de Encinasola, Aroche, Higuera la Real, Fregenal de la Sierra, Valência del Mombuey, Oliva de la Frontera, Cala, Zafra, Zahinos, Almendro, Fuente de Cantos ou Segura de León, entre outras.

Com uma facilidade inusitada, os falangistas rapidamente conquistam os territórios pobres desta região, depois da sua entrada em Badajoz a 15 de Agosto. Começam os mais terríficos atentados à vida humana relatados por alguns jornalistas que acompanharam a evolução do conflito, entre os quais o português Mário Neves, repórter do Diário de Lisboa, provavelmente o primeiro jornalista a entrar na cidade com as tropas nacionalistas.

Paulo Barriga, no seu extraordinário trabalho “Campos de Concentração – O envolvimento português na Guerra Civil de Espanha”, editado pela Câmara Municipal de Barrancos, em 1999, dá conta de alguns relatos recolhidos na zona de Barrancos e que demonstram a violência que esteve imanente à evolução conquistadora das tropas de Franco. Francisco P., na altura com 75 anos, afirmou que as tropas falangistas às mulheres cortavam o cabelo e os seios, davam-lhes purgantes e passeavam-nas pelas ruas. Aos homens levavam-nos para os cemitérios e fuzilavam-nos”. Maria B. afirma que o purgante era feito “com pepino picado misturado com óleo de rícino. Ataram-lhes as saias à cintura, raparam-lhes a cabeça, deixando apenas uma mecha de cabelo (monha) onde prendiam uma fita encarnada. Depois passearam-nas pelas ruas a cantarem o hino da Falange”.

 

Os relatos sucedem-se e cada um mais violento que o outro. Justificam-se as fugas, o terror, o medo que avassala as gentes esfomeadas das localidades fronteiriças. Os que podem fogem para Portugal. O território de Barrancos, onde a língua não é barreira e onde vivem muitos amigos e familiares destas gentes raianas, começa a ser o destino e a esperança para muitos dos fugitivos.

A fronteira é agora um local ideal para as tropas falangistas capturarem “rojos” (como então se identificavam todos aqueles que defendiam a vitória da Esquerda nas eleições) e é ao longo da fronteira portuguesa que se repartem milhares de tropas com o intuito único de capturarem todos aqueles que andavam em fuga.

 

Mas as gentes de Barrancos abriram os braços aos fugitivos, alguns familiares e amigos, no intuito de minorar a fome a todos eles e de dar tempo para que as tropas saíssem dali e cada um pudesse voltar aos seus lares. “São às centenas os relatos” que Paulo Barriga procurou obter destes momentos de solidariedade e que demonstram o espírito solidário que norteou o comportamento destas gentes raianas. “António M., 75 anos, recordava que: durante a guerra civil, éramos nós ainda pequenos, os meus pais estavam no campo. Um dia apareceu um homem fugido da guerra e os meus pais esconderam-no num monte de palha a ali permaneceu durante 40 dias. Só de noite é que nós lhe levávamos comida”.

Entretanto, o estado português envia para a zona da fronteira reforços militares, com o receio de, na avalanche, alguns revolucionários portugueses procurarem derrubar o Estado Novo. São efectuadas batidas no sentido de precaver a existência de focos de revolta, mas as tropas portuguesas só encontram gente assustada, mulheres, crianças, velhos. O principal responsável pelo controlo desta fronteira é o Tenente Seixas, do Posto de Safara da Guarda-fiscal.




Entre Agosto e Outubro de 1936, o responsável militar procura minorar a violência contra os foragidos e vai tentando salvaguardar a segurança daqueles que estão sob a sua alçada das mãos dos falangistas que por todos os meios tentam apanhar o maior número possível de “republicanos e rojos”. Sem grandes condições para manter os grupos separados, são criados dois “campos de concentração” (talvez o melhor termo seja o de campo de refugiados), onde se concentram mais de mil espanhóis. Os locais são a Herdade da Coitadinha, a cerca de 60 metros do monte, a montante do Poço da Ferradura, e na Almofadinha, junto à Choça do Sardinheiro. Os números exactos são de 1025 pessoas, aquelas que serão transferidas a partir de 8 de Outubro em camionetas para Moura e Beja e, finalmente, a partir de Lisboa, onde no navio Niassa chegarão ao Porto republicano de Tarragona, fugindo desta forma à fúria nacionalista que à época controlava toda a zona.

Os relatos da altura falam do apoio dado em Beja pelas populações que forneceram água e víveres. E dos dois partos efectuados em Moura.

 

A Herdade da Coitadinha vê-se desta forma associada à Guerra Civil de Espanha pela existência de um Campo de Concentração (talvez mais correcto seja a utilização do termo Campo de Refugiados), pela forma como todos aqueles que ali se encontravam, que funcionou durante quase três meses. A solidariedade manifestava-se pela alimentação que era fornecida, tanto pelos barranquenhos e, em particular, pelos proprietários, como pelo Estado português, pelas roupas que eram doadas, em particular às crianças, para além da segurança que estava imanente à sua presença ali.

O campo era uma estrutura muito rudimentar em que uma das poucas construções efectuadas foi uma espécie de casa de banho dividida em duas partes, feita em chapas de zinco e troncos de azinheira, separando desta forma a área de utilização de mulheres e homens.

 

Acoitados entre estevas e azinheiras, os refugiados viviam protegidos pela Brigada Fiscal de Safara, que para ali tinha sido destacada para proteger a zona da fronteira, bastante povoada do lado espanhol, e muito acicatada pelos militares falangistas que, quase sempre não faziam prisioneiros, mas mortos.

Apesar de pouco divulgada esta estrutura marca bastante a memória da população de Barrancos, uma estrutura que tem ainda hoje como única referência física o Poço da Ferradura, e de onde se abasteciam os cerca de setecentos refugiados fugidos à violência das tropas que ocuparam as povoações espanholas da região de Barrancos.

Na memória, serve sobretudo a coragem do Tenente Seixas que, desobedecendo aos seus superiores hierárquicos, assumiu a segurança de todos os espanhóis em fuga que entendiam ficar sobre o seu controlo e viu-se por isso castigado sendo compulsivamente reformado.

http://www.parquenoudar.com/pt/modules/smartsection/item.php?itemid=55

 Ao longe da fronteira houvo muitos "Tenentes Seixas" e graças a eles muitas pessoas ficaron salvas. E apos da guerra, nos anos 40, nos tivemos alguma oportunidad de ter medicamentos e alimentos.

 Cumprimentos.
 

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Bravo Two Zero

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« Responder #7 em: Dezembro 12, 2006, 08:02:10 pm »
Interrogo-me o que terá acontecido ao Tenente Seixas da Guarda.........
Terá sido "saneado" pelo Estado Novo como Aristides de Sousa Mendes ?
"Há vários tipos de Estado,  o Estado comunista, o Estado Capitalista! E há o Estado a que chegámos!" - Salgueiro Maia
 

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Jose M.

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« Responder #8 em: Dezembro 12, 2006, 09:40:29 pm »
Caro Bravo:

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REPORTAJE
El Schindler de La Raya
 El libro ´La columna de la muerte´, recientemente publicado por Francisco Espinosa, recoge la existencia de un teniente portugués que salvó a cientos de extremeños durante la guerra civil
enviar imprimir añade a tu blog   02/04/2003 ALONSO DE LA TORRE CACERES

 
Milicianos viajan en un camión durante la guerra civil.
Foto:CEDIDA
Durante el verano de 1936, cientos de extremeños de los pueblos del sur de Badajoz se internaron en Portugal huyendo de la represión franquista. Las investigaciones publicadas a partir del año 1999 por estudiosos portugueses como Paulo Barriga o Rodrigues Ferreira, han sacado a la luz la existencia de un campo de concentración cercano a la localidad lusa de Barrancos donde eran recluidos los refugiasdos.

Este tema y otros de singular interés son tratados en el libro La columna de la muerte , del historiador de Villafranca de los Barros Francisco Espinosa. La obra se presenta el próximo viernes en Zafra, está editada por Crítica y es prologada por Josep Fontana.

El campo de concentración donde eran recluidos los huidos se encontraba en la finca de Coitadinha, situada a un paso del río Ardila y al pie de la fortaleza de Noudar. En él llegó a haber mil refugiados en el verano de 1936. Su origen fue la llegada de 54 mujeres y niños y 719 hombres de Jerez de los Caballeros, Oliva de la Frontera, Villanueva del Fresno, Alconchel, entre otros puntos, que habían cruzado la frontera perseguidos por fuerzas españolas.


ESCAPANDO DE LA MUERTE

Los extremeños eran vigilados por un pelotón de soldados al mando del teniente Antonio Augusto Seixas y eran alimentados gracias a los donativos de los vecinos de Barrancos. Pero el campo de Coitadinha se quedó pronto pequeño. Los extremeños seguían cruzando la frontera para escapar de una muerte segura y el teniente Seixas, temiendo que el problema de los refugiados fuera solucionado por las autoridades con la devolución a España, creó por su cuenta un campo de concentración paralelo y no oficial.

Lo situó en la finca Russianas, también cerca de Barrancos, y acogió en un principio a 223 hombres y a 76 mujeres y niños. Entre ellos estaba Manuela Martín, una mujer cuyo testimonio recoge Espinosa en su libro. Manuela fue fusilada en Oliva de la Frontera, pero se fingió muerta y huyó hasta llegar a Coitadinha. Como le dijeron que no había sitio, pidió que la mataran allí mismo, antes que volver a España. Enterado Seixas, se la llevó al campo de concentración paralelo de Russianas.

Los hombres de Seixas llegaron incluso a defender con sus armas a sus protegidos extremeños de las incursiones en Portugal de grupos de pistoleros fascistas españoles. En octubre de 1936, Portugal acató las medidas del Comité de No Intervención y decidió trasladar a los 614 españoles del campo de Coitadinha al puerto de Lisboa y de allí en barco hasta la ciudad de Tarragona.

Pero entonces aparecieron los 411 refugiados de la lista de Seixas . El teniente se justificó argumentando que se trataba de antiguos escapados de Coitadinha que habían decidido volver. El empeño de Seixas logró que los 411 extremeños de su lista también fueran embarcados.

El teniente Seixas fue castigado con dos meses de inactividad y obligado a pasar a la reserva. Desaparecido Seixas, los extremeños huidos que cruzaban la frontera portuguesa de Barrancos eran devueltos a los españoles que, según recoge Espinosa en su libro, mataban inmediatamente a sus compatriotas, teniendo que ser muchas veces los propios portugueses quienes los enterraran.


http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/noticia.asp?pkid=47049

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Menacho

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« Responder #9 em: Dezembro 31, 2006, 06:09:00 am »
La matanza de Badajoz ¿realidad o leyenda?

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FRANCISCO PILO ORTIZ/
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A setenta años vista del inicio de la Guerra Civil se siguen dando por reales sucesos que nunca existieron. El periodista norteamericano Jay Allen, principal precursor de esa leyenda, es considerado hoy en día por muchos historiadores como fuente principal de información sobre lo que ocurrió. Pero cabe preguntarse si realmente estuvo en Badajoz en agosto de 1936 o se inventó lo que escribió. Jay Allen escribió su artículo en Elvas y allí, hablando con los refugiados que llegaban, adquirió la información que posteriormente publicó. Esta información, tomada de diversas versiones emitidas por los huidos de la ciudad, le llevó a cometer enormes errores que si realmente hubiera estado en la ciudad no hubiera cometido. Jay Allen manifiesta textualmente: «Fuimos directos hasta el centro de Badajoz. Estas son mis notas: la catedral está intacta. No, no lo está. Al pasar junto a ella en coche veo que ha desaparecido una parte de la torre cuadrada» «Las enormes paredes del Alcázar asoman al final de la calle de San Juan. Fue allí donde los defensores de la ciudad, refugiados en la torre de Espantaperros, fueron asfixiados con humo y tiroteados». Es increíble que Jay Allen manifieste que él vio que a la torre de la catedral le faltaba una parte, lo que es totalmente incierto ya que dicha torre en ningún momento fue alcanzada por las bombas y también es totalmente incierto que en la torre de Espantaperros se ofreciera resistencia y los rebeldes se vieran obligados a «asfixiar con humo» a los defensores. Todo esto ocurrió en la iglesia de Almendralejo, no en Badajoz y Jay Allen se formó un gran lío al escribir su artículo mezclando las diversas historias que le contaban.

Allen no piso Badajoz

Es casi seguro que Allen no pisó Badajoz y, a pesar de lo que él diga, no vio la torre de la catedral y, si, por el contrario, realmente estuvo y la vio, mintió a sabiendas, lo que le quita autoridad y credibilidad en el resto de su artículo. Si continuamos leyendo su crónica, publicada en el Chicago Tribune el día 30 de agosto, aunque la noticia la transmitió el día 25 de agosto, observamos que sigue adoleciendo de falta de contacto personal en el lugar de los hechos. Continúa diciendo Jay Allen, refiriéndose a la presunta matanza en la plaza de toros: «Dicen que la primera noche la sangre alcanzó un palmo de profundidad. No lo dudo. Allí se asesinó a mil ochocientos hombres y mujeres en un plazo de doce horas. En 1.800 cuerpos hay más sangre de lo que uno se imagina». Esta afirmación, que presumiblemente Jay Allen copió de la que había emitido el periodista francés Jacques Berthet del diario Le Temps, se ha convertido en el principal argumento de muchos investigadores, pero contrasta ostensiblemente con lo que manifestó Mario Naves el día 16 de agosto, que no vio nada de eso. Precisamente, el día 16, Mario Neves que había oído rumores de los asesinatos cometidos en la plaza de toros, vuelve a ese lugar, acompañado de Jacques Berthet y de Marcel Dany de la Agencia Havas, donde ya habían estado el día anterior y manifiesta textualmente: «Por eso, nos dirigimos hacia allá, con el fin de verificar la exactitud de este rumor. Tras algunas dificultades, conseguimos entrar en la arena. Algunas decenas de prisioneros aguardan su destino. Pero la plaza no tiene un aspecto diferente al que observamos ayer, lo que nos lleva a suponer que el rumor es infundado».

Jay Allen habría leído la crónica de Mario Neves en la que, acertadamente, manifiesta que en el cementerio se quemaban los cadáveres. Cosa cierta, qué duda cabe. La falta de mano de obra para excavar tantas fosas y las altas temperaturas, con riesgo de epidemias, hicieron que se tomara esta decisión antes de enterrar a aquellos desgraciados en la fosa común. Aunque, evidentemente, no sólo estaban allí los cuerpos de los represaliados en la plaza de toros sino también los que cayeron en la batalla. Jay Allen, para no ser menos que Mario Neves, manifiesta que desde Elvas vio fuego: «Están quemando los cuerpos. Cuatro mil hombres y mujeres han muerto en Badajoz desde que los moros y legionarios rebeldes del general Franco treparan sobre los cuerpos de sus propios muertos para escalar las muralla». Observemos que dice que el día 23 se veía, no ya el humo, sino las llamas de los cuerpos ardiendo y, además, aumenta el número de asesinados a cuatro mil. Y ya no hablemos de cuando describe su presunta visita a Puerta Trinidad, de la que dice: «Llegamos a la Puerta Trinidad atravesando las antañas invencibles fortificaciones. La luna lo iluminaba todo. Una semana antes entró por ella un batallón de 280 legionarios. Sólo veintidós sobrevivieron para contar la historia de cómo se encaramaron a los cuerpos de sus propios muertos para silenciar con granadas de mano y cuchillos dos ametralladoras asesinas». Como vemos, dijo que de 280 legionarios sólo sobrevivieron al ataque 22, lo cual es totalmente falso, ya que la IV Bandera, la que entró por ese lugar, sólo tuvo 24 muertos, de los que la 16 Compañía del capitán Pérez Caballero, que atacó en vanguardia, se llevó la peor parte con 11 muertos. Es decir, que independientemente de que Jay Allen hubiera estado o no en Badajoz el día 23 de agosto, lo cierto es que su crónica es totalmente falsa e inventada. Como ejemplo veamos qué dijo Mario Naves sobre su visita al cementerio donde se quemaban los cadáveres acompañado por un sacerdote cuyo nombre no indica: «Hace diez horas que la hoguera arde... al fondo, en un escalón cavado aprovechando un desnivel del terreno se encuentran vigas de madera transversales, parecidas a las que se utilizan en las vías del ferrocarril, sobre una superficie de más de cuarenta metros, más de 300 cadáveres, en su mayoría carbonizados... a un lado, 30 cadáveres de paisano aguardan su turno, enfrente 23 cuerpos de legionarios, los que cayeron bajo el fuego intenso de las ametralladoras... en la puerta del cementerio, un camión descarga otros cuatro cuerpos que han sido recogidos en alguna parte».

Neves, testigo presencial

Mario Neves fue testigo presencial de todos los horrores que describió, pero nunca habla ni de 1.500 cadáveres ni mucho menos de cuatro mil, y si nos fijamos detenidamente, se tomó la molestia de contar los cuerpos de los legionarios y dijo que había 23 cuerpos, cifra casi exacta. También matiza que se estaban quemando unos 300 cuerpos y que otros 30 aguardaban su turno. Esta crónica la escribió Mario Neves el día 16, lo cual quiere decir que para entonces ya se había producido la tan traída y llevada matanza en la plaza de toros y Mario Neves sólo vio 300 cuerpos. ¿Qué quiere decir esto?, Muy sencillo, si a este número le sumamos los ejecutados que Neves vio todavía por las calles, en especial en el cuartel de la Bomba y en algún que otro lugar y teniendo en cuenta, como se ha dicho, que entre estos 300 cadáveres también estarían incluidos los que murieron en la batalla por parte de las milicias y que a partir del día 17 las ejecuciones comenzaron a realizarse en las tapias del cementerio, como así lo acreditan las imágenes grabadas por el cámara francés René Brú, filmadas entre los días 16 y 17 de agosto y en las que también se ven los cuerpos alineados y quemados de aquellos desdichados y el hecho de que a partir de ese mismo día 17 se llevara una relación de las personas que eran ejecutadas, podemos aseverar que la cifra de las víctimas de la matanza de Badajoz no superó las 500 personas.
 

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Jose M.

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« Responder #10 em: Dezembro 31, 2006, 07:37:47 am »
Menacho ¿de donde has sacado eso?. O lo que se publica en la red es más falso que un billete de 23 euros o el señor Pilo dice cada día una cosa, que me parece que no.

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...en el libro la represión en Badajoz calculo los muerto en la plaza de toros en 600 y digo que no se fusiló en ese lugar más allá del día 18 de agosto, incluso en la película de René Brú, filmada creo que fue el día 18 de agosto, ya se fusilaba en el cementerio...
Francisco Pilo Ortiz

http://josemarialama.blogspot.com/2006/06/desde-hoy-no-admito-en-este-blog.html


Entao, ja estamos a falar de 600 fuzilados na Praça de Touros, ainda mais diz que o 18 de agosto "ja fuzilavam no cemeterio", o que quer dizer que a conta dos 600 aumenta. Mas nao esquezamos aos fuzilados no Campo de Sao Joao e Catedral (centos de pessoas) e ruas e muralhas.  

Ë impressionante o testemunho do senhor Saturnino Medina no documentario "La memoria recobrada: la Extremadura amarga":


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(Saturnino mostra um desenho que ele fiz das rúas e praça de San Juan)
Yagüe abrió las puertas y, a porrazos y dijeron: venga; todo el mundo fuera. Tiraron desde todos esos para allá y nos dejaron aquí a 12 ó 14; no sé.
 Le dice el cabo del Tercio, le pregunta a Yagüe, y dice: ¿y con estos qué hacemos?
Y Yagüe dice: ¡Que se vayan; fuera, que se vayan!
 Al volver aquí hacia allí nos sale un oficial moro, con la pistola así en la nuca, ahí se ve, estamos unos cuantos, ahí se ve, y decía el morito:
¿Donde vais?
Pues, a casa.
¡Venga al montón, al montón!¿De donde venís?
De ahí, de esa calle.
Bueno, iros, iros.
El montón ya estaba hecho. Cuando esto que se ve aquí, el montón grande ya estaba hecho.
 (periodista) Y el montón ¿qué era el montón?
(Saturnino) De mataos
(periodista) ¿De personas que habían matado allí?
(Saturnino) Sí, éste, el montón de mataos de la puerta.de la Catedral, tal como se ve. En la puerta de la Catedral. Cuando ya se había formado el montón, como una parva, pues luego venían los otros, iban subiéndose encima de los mataos y de que ya se subían todos al montón de los mataos, entonces las ametralladoras empezaron ratatatataa unas para un lado y otras así..
Desde donde están las ametralladoras, y esto es la sangre que corría, que manaba del montón a una calle que tiene aquí, para abajo, se llama Vicente Barrantes me parece que es. La calle que llevaba la sangre.


Allen no pisaría Badajoz, pero el señor Saturnino Medina sí.
 

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Lancero

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« Responder #11 em: Abril 11, 2007, 05:44:03 pm »
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Espanha: Exumação de restos mortais de "brigadista" português em Burgos

António Sampaio, Agência Lusa.

       

      Burgos, Espanha, 11 Abr (Lusa) - Os restos mortais de um português que lutou contra o franquismo e que morreu na prisão em 1942, vão ser exumados conjuntamente com os de 159 pessoas, há mais de 60 anos numa vala comum em Burgos.

      Francisco Javier Sempere, da Associação de Familiares de Presos Falecidos e Represaliados na Prisão de Valdenoceda (Burgos), disse à Lusa que na fossa comum foram encontrados 160 esqueletos, que se pensa serem provenientes de presos que morreram neste centro prisional.

      "Era uma prisão de extermínio, no Vale do Ebro, ao norte de Burgos e num local de muita humidade, onde as temperaturas atingiam os 20 graus negativos e onde se morria de fome ou de doenças", disse.

      "Este português é um dos mortos dessa prisão. Pela nossa investigação trata-se de um brigadista que lutou contra Franco", explicou Sempere.

      A identidade do português não é totalmente conhecida, havendo apenas o registo parcial do seu nome e da sua naturalidade contido nos livros de uma prisão usada pelo regime franquista durante as décadas de 30 e 40.

      Nesse registo é possível ler-se o nome Domingo Fernández de Acuña - possivelmente uma versão espanhola, recolhida oralmente pelos guardas prisionais, do nome português Domingos Fernandes da Cunha.

      No local de origem apenas se consegue ler "San Lorenzo deà", estando o resto ilegível e desconhecendo-se, por isso, a sua origem.

      O português morreu a 10 de Fevereiro de 1942, estimando-se que tenha estado na prisão de Valdenoceda desde 1938 ou 1939.

      No sábado haverá uma cerimónia de homenagem junto da fossa comum da Prisão Central de Valdenoceda em honra dos mortos que serão posteriormente enterrados com cerimónias fúnebres formais.

      O processo de exumação dos corpos da vala comum de Valdenoceda pôde arrancar mercê de um apoio do governo espanhol que permitirá o enterro "digno" dos restos mortais que ali se encontram.

      A exumação, que começou no início de Março, está a ser realizada com o apoio de uma equipa de antropólogos da Sociedade de Ciências Aranza.

      Os responsáveis pelo projecto admitem que poderá ser "impossível" identificar cada corpo e que, como tal, será construído um único panteão para alojar os mortos.

      Notando que a realização de provas ADN é "demasiado cara" e "por isso impossível para já", os corpos serão catalogados com base em características físicas e outros aspectos forenses.

      Sabe-se que entre os corpos e além do cidadão português, estará ainda um cidadão alemão, também ele brigadista e que terá sido morto a tiro na região, depois de fugir da cadeia.

      Compostas por voluntários estrangeiros de 54 países, entre eles Portugal, as Brigadas Internacionais foram criadas para lutar na Guerra Civil espanhola contra o exército franquista.

      Vários estudos sugerem que o número de brigadistas estrangeiros activos em Espanha poderá ter atingido os 60 mil, ainda que nunca mais de 20 mil em qualquer altura, estimando-se que quase 10 mil tenham sido mortos.

      A nacionalidade mais numerosa foi a francesa - estima-se que cerca de 10 mil voluntários -, a maioria trabalhadores recrutados pelos partidos comunistas ou veteranos da 1ª Guerra Mundial.

      A base das brigadas era Albacete e essas forças participaram em algumas das batalhas importantes da Guerra Civil, incluindo a defesa de Madrid em 1936, os combates de Jarama, Guadalajara, Brunete, Belchite, Teruel, Araão e Ebro.

      A ideia original das Brigadas foi discutida em Moscovo em 1936, onde se tentou cativar voluntários para apoiar os republicanos espanhóis.

      Sabe-se, formalmente, da participação de portugueses em várias das Brigadas Internacionais constituídas, nomeadamente o 2º Batalhão "Domingo Germinal" da XIV Brigada, criada em Dezembro de 1936 e reorganizada dois anos depois.

      As Brigadas Internacionais contaram com personalidades como Willy Brandt, que anos depois se tornou no chanceler alemão, e os escritores Ralph Fox, Charles Donnelly, John Cornford e outros.
"Portugal civilizou a Ásia, a África e a América. Falta civilizar a Europa"

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« Responder #12 em: Abril 14, 2007, 06:35:46 pm »
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Espanha:Pelo menos 1.500 portugueses na Guerra Civil,desconhecido número mortos

Lisboa, 14 Abr (Lusa) - Pelo menos 1.500 portugueses participaram na Guerra Civil de Espanha (1936-39), tendo sofrido um significativo número de baixas, que, contudo, não estão contabilizadas, segundo um investigador do Instituto de História Contemporânea da Universidade Nova de Lisboa.

      Os restos mortais de um português, Domingos Fernandes da Cunha, que lutou contra o franquismo e morreu na prisão em 1942 vão ser hoje exumados em Burgos (centro de Espanha), juntamente com os de mais 159 pessoas.

      O investigador João Madeira disse à Agência Lusa que "não há número exactos" sobre as baixas portuguesas dada a inexistência de registos individuais tanto no campo dos republicanos, como do lado dos nacionalistas.

      No entanto, confirmou perdas consideráveis, existindo relatos, "não confirmados", de colunas de "Viriatos" (combatentes portugueses que apoiaram Francisco Franco) dizimadas.

      Criada em 1936 por António de Oliveira Salazar, a "Legião de Viriato" era composta por grupos de voluntários portugueses que combateram ao lado dos nacionalistas.

      De acordo com João Madeira, terão feito parte dos "Viriatos" aproximadamente 870 portugueses, que se inscreveram nos três escritórios de recrutamentos em Portugal.

      Mais difícil de contabilizar é o número de combatentes portugueses que lutaram contra o exército franquista, porque muitos eram emigrantes ou exilados políticos em vários países.

      O historiador César Oliveira chegou a contabilizar cerca de 500 portugueses, mas o investigador do Instituto de História Contemporânea referiu que quando se ponderava a criação de uma brigada internacional comunista portuguesa, o número de combatentes aproximava-se de 700.

      O comunista Francisco Ferreira (mais conhecido por Chico da Cuf) tentou criar uma brigada internacional comunista com combatentes portugueses, mas não conseguiu criar um núcleo minimamente significativo devido à sua dispersão, adiantou João Madeira.

      Os portugueses são integrados em outras brigadas internacionais, principalmente nas italianas devido à afinidade com a língua.

      O investigador destacou ainda que dezenas de portugueses oriundos do interior do país vão combater contra o exército franquista, mas chegam a Espanha através de França, fazendo um percurso marítimo.
"Portugal civilizou a Ásia, a África e a América. Falta civilizar a Europa"

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« Responder #13 em: Abril 29, 2007, 02:16:54 pm »
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Un periodista bien informado
El corresponsal del Chicago Daily Tribune en la guerra civil española conocía bien Extremadura y siempre se sintió influido por las imágenes que le dejó la matanza de Badajoz

TEXTOS/PAUL PRESTON Y FRANCISCO ESPINOSA FOTOS CEDIDAS POR LOS AUTORES Y ARCHIVO DE HOY
 
El valor de Jay Allen en domingo en domingo Al amanecer del 25 de agosto de 1936, un periodista estadounidense llamado Jay Allen se sentó ante la máquina de escribir en el recogido patio interior de una pequeña pensión de Elvas. Le mantenían despierto el agobiante calor y los sollozos de la mujer que había en la habitación contigua, cuyo marido había sido una de las víctimas de la masacre ocurrida justo al otro lado de la frontera, en Badajoz. Jay acababa de volver del lugar de la carnicería y, al escribir su luego famoso artículo sobre los hechos, trataba de asimilar el horror de lo ocurrido. Una vez publicado, ocasionó considerables daños a la causa del Ejército rebelde de España. Se convirtió en una de las crónicas de la Guerra Civil española más importantes y citadas, y lo convirtió a él en blanco de los improperios de la derecha católica americana.

Allen fue uno de los dos corresponsales mejor informados sobre la situación de España de ambos bandos. Nacido en Seattle el 7 de julio de 1900, formó parte de la llamada «generación perdida» estadounidense. Pasaba con su mujer Ruth una larga estancia en París cuando entabló amistad con Ernest Hemingway, a quien sustituyó en la oficina parisina del Chicago Daily Tribune. Entre 1925 y 1934 informó de los acontecimientos de Francia, Bélgica, España, Italia, Austria, Alemania, Polonia y los Balcanes. En 1930 Jay Allen se trasladó a Madrid, donde conoció una amplia variedad de políticos españoles, desde la izquierda, donde se sentía más cómodo, hasta la extrema derecha, caso de José Antonio Primo de Rivera y José Calvo Sotelo.

A través del artista Luis Quintanilla, íntimo amigo desde sus tiempos en París, Allen trabó amistad con una serie de socialistas destacados entre los que se encontraban el futuro presidente Juan Negrín y algunos partidarios de Largo Caballero como Luis Araquistáin, Julio Álvarez del Vayo y Rodolfo Llopis. Durante la represión que siguió a la insurrección izquierdista de octubre de 1934, Jay Allen ocultó en su casa a Negrín, Araquistáin, Álvarez del Vayo y Llopis y fue detenido como consecuencia de un reportaje sobre la represión en Asturias que había escrito para el Chicago Daily News a base de material sobre las atrocidades de Asturias proporcionado por Indalecio Prieto.

En 1935, tomando por base Torremolinos, todavía una idílica aldea de pescadores, empezó a trabajar en un libro sobre la lucha agraria del sur. Parte de la primavera de 1936 la pasó viajando por Extremadura recopilando materiales sobre el problema agrario. Allen quedó profundamente impresionado por lo que vio y, al regresar a Madrid, se reunió con Negrín para analizarlo.

Fue precisamente a su regreso a Torremolinos cuando tuvo lugar el golpe militar del 18 de julio, por lo que salió inmediatamente hacia Gibraltar. Entre los despachos que luego mandaría, y al mismo nivel que los reportajes de Mario Neves sobre la masacre de Badajoz o George Steer sobre el bombardeo de Guernica, se encuentran tres de los artículos más importantes y citados de los escritos durante la contienda: la entrevista exclusiva con Franco realizada en Tetuán el 27 de julio de 1936, su propia versión de los días posteriores a la toma de Badajoz por parte de los nacionalistas y la última entrevista concedida por José Antonio Primo de Rivera, poco antes de ser ejecutado.

A cualquier precio

La entrevista con Franco fue la primera que concedió el general rebelde a un corresponsal extranjero. Cuando Jay le preguntó durante cuánto tiempo se prolongarían las matanzas ahora que el golpe había fracasado, Franco contestó: "No puede haber ningún acuerdo, ninguna tregua Salvaré a España del marxismo a cualquier precio". Cuando Allen replicó: «¿Significa eso que tendrá que fusilar a media España?», un Franco sonriente respondió: «He dicho a cualquier precio». Como consecuencia del artículo se puso un precio a la cabeza de Jay Allen. A finales de octubre de 1936, cuando unos periodistas anglosajones cruzaron las líneas, los llevaron delante de Franco en Salamanca. Al mirarlos, el Generalísimo dijo: «No, no es él. Él que busco es más alto».

Obtener el reportaje elaborado desde Badajoz supuso más valor aún que el que le había costado entrar en la guarida de la bestia que era el cuartel general de Franco. En una ciudad en la que los legionarios y mercenarios moros mataban y torturaban a discreción, recabó información para el extenso artículo que ha superado con creces la prueba del tiempo. Lo que escribió acerca de Badajoz dio pie a que fuera vilipendiado durante los años posteriores. Y lo que es más importante: lo que supo iba a obsesionarle durante el resto de su vida.

Aunque quizá el artículo de Badajoz sea el legado más importante de Allen, también fue notable su actuación al conseguir, el día 3 de octubre de 1936, la última entrevista con el dirigente falangista José Antonio Primo de Rivera. Consiguió entrevistarlo en la prisión de Alicante después de unos encuentros muy tensos con la Comisión de Orden Público local, dominada por los anarquistas. El dirigente falangista le dijo: «Sé que si este Movimiento gana y resulta que no es nada más que reaccionario, entonces me retiraré con la Falange y... volveré a ésta o a otra prisión dentro de muy pocos meses».

Después de estos artículos, Allen perdió su empleo en el Chicago Daily Tribune y pasó a hacer algunos trabajos puntuales para el New York Times, pero, sobre todo, se dedicó a hacer campaña en Washington a favor de la República. En Nueva York, con Herbert Southworth, montó una oficina para dicho trabajo. Se reunía con el ministro de Asuntos Exteriores Cordell Hull y el Ministro de Interior, Harold L. Ickes y a menudo conseguía arreglárselas para ver a Eleanor Roosevelt. En una ocasión llegó incluso a exponer durante media hora la conveniencia del levantamiento del embargo de armas ante el propio Presidente Franklyn D. Roosevelt.

Refugiados

Al final de la Guerra Civil, Jay Allen trabajaba febrilmente en Washington intentando obtener ayuda para los centenares de miles de refugiados que habían llegado a Francia y concienciar al público americano respecto a las amenazas que se cernían sobre los vencidos a causa de la Ley de Responsabilidades Políticas de 1939. Allen quedó desolado por la derrota final de la República. Su hijo Michael recordaba: «La noche en que cayó la República española fue la más triste que recuerdo en mi vida. Mi madre y mi padre estaban inaccesibles, ausentes, sumidos en el dolor o la depresión; y ahora creo que probablemente aquel fuera el principio de la depresión de mi padre».

De todos modos, Allen continuó luchando por la República. En mayo de 1939 actuó como intérprete cuando Negrín realizó unas visitas a políticos estadounidenses y además participó en numerosas reuniones de la Campaña de Ayuda al Refugiado Español para que el gobierno estadounidense proporcionara barcos para sacar a los refugiados de Francia a México.

A finales de 1940, Jay Allen viajó a la Francia ocupada con unas credenciales de corresponsal de la agencia NANA, aunque también con el encargo de dirigir un comité dedicado a ayudar a los intelectuales y artistas antifascistas a escapar de la Francia ocupada. Lo que no sabían ni la NANA ni el Comité Estadounidense de Ayuda de Emergencia era que el Servicio de Inteligencia británico también le había encomendado que contactara con la incipiente clandestinidad francesa para determinar el paradero de los soldados británicos abandonados en Dunquerque. Por otra parte, Allen albergaba esperanzas de reunirse con exiliados españoles y brigadistas internacionales. Como tapadera de sus actividades entrevistaba a los prohombres de la Francia de Vichy, incluido el propio Mariscal Pétain.

La Gestapo

A mediados de marzo de 1941 Jay fue apresado por los alemanes. Había traspasado sin autorización la línea de demarcación y llegado a París, donde se le había visto con algunas personas que estaban bajo la vigilancia de la Gestapo. Entonces, le siguieron cuando regresaba hacia el sur y lo detuvieron mientras trataba de volver a entrar en la Francia de Vichy.

Por ello fue acusado de espionaje, condenado a muerte y encarcelado en Chalon-sur-Saône. Tanto la Gestapo como la policía de Vichy lo interrogaron para que reconociera que era un agente británico. El 23 de junio, los alemanes condenaron a Allen a cuatro meses de cárcel y fue trasladado a la durísima cárcel de Dijon. Finalmente, a mediados de julio, se llegó a un acuerdo para realizar un intercambio de prisioneros y fue liberado a finales de agosto de 1941.

África

A su vuelta a Estados Unidos empezó a trabajar en un libro sobre sus experiencias titulado 'My Trouble with Hitler', pero su inveterado perfeccionismo retrasaba continuamente el proyecto. Cuando el domingo 8 de noviembre de 1942 la Operación Antorcha vio cómo las fuerzas aliadas desembarcaban en el norte de África, Jay Allen les acompañaba al frente del Departamento de Guerra Psicológica del Ejército de Estados Unidos en Marruecos.

La experiencia en el norte de África le amargaba, porque cuando descubrió que en los campos de prisioneros de Vichy había militantes de la resistencia francesa y ex brigadistas internacionales percibió que el alto mando estadounidense aceptaba la explicación de los franceses de Vichy de que se trataba de comunistas peligrosos.

En enero de 1943, justo antes de que Roosevelt se reuniese con Churchill en el cumbre de Casablanca, Jay Allen manifestó sin resultado alguno al general Eisenhower su preocupación por las relaciones estadounidenses con los elementos profascistas de Vichy. Frente a la brusca afirmación de éste de que había una guerra que ganar, Allen dimitió de su cargo y regresó a Estados Unidos en febrero de 1943.

El embargo estadounidense impuesto a la República española y la transigencia con los dictadores supusieron otro paso más en la senda hacia la decepción absoluta. La guerra española, iniciada el 18 de julio de 1936, había dejado de ser su guerra.

Fin del combate

En palabras de su hijo: «Había sufrido demasiadas derrotas. Combatió por la justicia y por la paz. Combatió bien. Y le abatieron». Ya sufría las primeras fases de una profunda depresión de la que jamás se recuperaría por entero.

Jay Allen se retiró de la esfera pública. Parece que, a consecuencia de su compromiso con la República, sus trabajos no encontraron salida. Su nombre figuraba en una lista negra. En muchos aspectos, el valiente periodista que fue Jay Allen desapareció. La derrota de la República española, el desgaste sufrido al tratar de alertar a Estados Unidos del peligro del fascismo, su experiencia en una prisión de la Gestapo y la violenta reacción antiizquierdista que emponzoñaba la vida estadounidense a finales de la década de 1940 se coaligaron para agotar su optimismo y su determinación a la hora de continuar luchando por aquello en lo que creía.

Su salud se fue deteriorando poco a poco hasta sufrir varios derrames cerebrales. A pesar de todo, continuó manteniéndose al corriente de lo que se publicaba sobre la guerra de España. Finalmente en otoño de 1972 sufrió un nuevo derrame cerebral y murió justo antes de Navidad.

Sin duda «Slaughter of 4,000 at Badajoz, City of horrors» («Matanza de 4.000 en Badajoz, Ciudad de los horrores»), artículo aparecido el 30 de agosto de 1936 en el Chicago Daily Tribune, constituye una de las crónicas más importantes de la historia del periodismo de guerra.

El trabajo de Allen no fue mejor que los de sus colegas Mario Neves, Marcel Dany, René Brut, Jacques Berthet o John T. Whitaker pero sí tuvo más difusión y trascendencia. Tanta que los justificadores del golpe militar, de la represión y de la guerra civil no han dejado de atacarlo desde entonces hasta hoy mismo. El objetivo: negar lo que tantos vieron y vivieron y tan pocos pudieron contar. Igual pasó con Neves, otro testigo incómodo.

Lo único que nadie ha podido negar son las imágenes de René Brut, cuya existencia, de no ser porque la Casa Pathé engañó al Servicio de Propaganda de Franco y no se desprendió de las imágenes tomadas por Brut durante su viaje a Badajoz, nadie hubiera visto jamás. Si no existiera tal documento aún tendríamos que soportar y que dar por supuesto que en Badajoz ni se mató a la gente en masa ni se incineraron docenas de cadáveres apilados en el cementerio. Con Neves, en una maniobra digna de Goebbels, se ha optado por otra vía: utilizar algunas de sus informaciones, convenientemente sacadas fuera de contexto, para negar la matanza de Badajoz. Y si esto se ha hecho con quien, como testigo presencial, dio a conocer en Portugal lo que pasó en Badajoz a las pocas horas de suceder, podemos imaginar lo ocurrido a quien, llegado a la ciudad diez días después de los hechos, los propagó en toda su crudeza ante la oposición y el escándalo de quienes apoyaban a los golpistas, especialmente la jerarquía católica de los EEUU.

El 23 de agosto Jay Allen, sabedor ya de los contactos entre golpistas y nazis y del papel que estaba jugando Portugal, tuvo noticia de la ocupación de Badajoz y partió para Elvas, donde llegó el día 24. Conocía bien Badajoz, donde había estado cuatro veces en el último año recogiendo información sobre la reforma agraria. Sabemos por las notas que dejó que seguía al día las noticias de los corresponsales portugueses, Neves inclusive. Pero su crónica amplía y complementa las de éstos.

Allen, aunque yerre en detalles de segundo orden, no sólo da noticia de la huida de Puigdengolas, del intento falangista de acabar con la vida del gobernador civil Granados, del fatal destino de diversos dirigentes civiles y militares pacenses, del asesinato de los hermanos Pla o del saqueo a que fue sometida la ciudad, sino que confirma la matanza inmediata de cientos de personas, el uso de la plaza de toros como uno de los escenarios de la masacre, la persistencia de la represión tras la marcha de la columna de la muerte y, muy importante por el momento en que fue hecha la denuncia, el inadmisible trato dado por el Gobierno portugués a cientos de refugiados, entregados de inmediato a los fascistas de Badajoz y, por tanto, a una muerte segura.

Habrá -hay a estas alturas- quienes insistan en negar cualquier validez al testimonio de Allen pero parece conveniente traer en su ayuda al terrateniente y ganadero salmantino Lisardo Sánchez, uno de los mayores propietarios de Badajoz. Muy preocupado por el destino de sus hijos y de sus propiedades se dirigió a la ciudad extremeña el mismo día 15 de agosto, en cuanto tuvo noticia de su ocupación, y permaneció allí varios días moviéndose por la ciudad sin cortapisa alguna. En sus escritos contó sin problemas que los bombardeos sufridos por la ciudad desde el día 7 habían sido tan intensos «que en casi todas las calles de Badajoz habían caído bombas». ¿Pero cómo ha quedado Badajoz!, escribió. Además añadió: «Es algo horrible ver a los muertos a montones por la calles. Tres días han tardado tres camiones en limpiar las calles de cadáveres, a pesar de colocarlos en posición vertical para poder transportar más al cementerio, donde eran quemados en imponentes montones». Tres camiones llevando muertos al cementerio durante tres días ¿Cuántas pilas de cadáveres como las que filmó Brut llegaron a formarse entre el 15 y el 17? Menos mal que en este caso la visión dantesca de una ciudad fantasmal sembrada de horror y muerte por los africanistas no vino del comunista Neves o del amigo y defensor de la República que fue Jay Allen.

Fue esa realidad, reconocida en este caso hasta por quien apoyaba el golpe, la que la crónica de Jay Allen dio a conocer al mundo. Da igual que no estuviera el 14 de agosto en Badajoz y que el grueso de su crónica se basase en otras crónicas y testimonios. Sin duda, errores incluidos, es lo mejor que se hizo junto con las de Mario Neves. El estado actual de la investigación, fruto de un considerable esfuerzo, indica que la realidad fue por donde decían Neves, Brut, Allen, Dany, Berthet y Whitaker, y no por donde dijeron los propagandistas favorables a Franco, de cuyos nombres ya no se acuerdan ni los actuales revisionistas.

Y en cuanto a las cifras y nombres de la matanza, aunque sabemos mucho más que antes, debemos seguir investigando y no perder nunca la esperanza de que en algún archivo público o privado aparezca alguno de los informes sobre la ocupación de Badajoz que circularon entre los dirigentes golpistas en aquellos días.

FRANCISCO ESPINOSA. Historiador, autor entre otros libros de 'La columna de la muerte' (2003), que va por la quinta edición y del título 'Contra el olvido' (2006).


Fonte
"Portugal civilizou a Ásia, a África e a América. Falta civilizar a Europa"

Respeito
 

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Jose M.

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« Responder #14 em: Maio 06, 2007, 06:44:29 am »
Los que niegan o minimizan la matanza de Badajoz afirman que Allen nunca pisó la ciudad y que todos sus artítulos fueron escritos en Elvas usando como fuentes a los refugiados que llegaban.

Pero es cierto que todos los periodistas extranjeros coincidieron que hubo una represión enorme.

Saludos Lancero y gracias.