Detenido en Melilla un espía marroquí
La detención de un agente que se hacia pasar por periodista fotografiando instalaciones militares melillenses pone al descubierto la agresividad del servicio secreto de Rabat Bono tendrá que hacer frente a la infiltración entre soldados españoles de origen marroquí
El Centro de Inteligencia y Seguridad del Ejercito de Tierra (CISET) ha puesto al descubierto una red de espionaje de los servicios secretos militares marroquíes en Ceuta y Melilla, como consecuencia de la reciente detención de un agente de la inteligencia alaui que, bajo la identidad falsa de periodista, fotografiaba instalaciones militares melillenses, según pudo saber LA RAZON en fuentes del Estado Mayor del Ejercito. Uno de los primeros problemas que tendrá que afrontar el nuevo ministro de Defensa, José Bono, es la creciente infiltración del espionaje de Mohamed VI que trata de reclutar a soldados españoles de origen marroquí destinados en ambas ciudades.
El falso periodista fotógrafo se vino abajo al ser interrogado. Declaro que pertenecía al servicio de inteligencia marroquí y que tenga la misión de fotografiar instalaciones militares de Melilla. La investigación emprendida por el CISET del Ejercito de Tierra, que las fuentes militares señalan esta en curso, ha permitido ╚tirar del ovillo en la identificación de una red del espionaje marroquí. La inteligencia militar española no se muestra sorprendida de la "agresividad" de los servicios secretos de Rabat, cada día mas activos en las dos ciudades españolas y en la propia península.
El servicio secreto del vecino país se vale de inmigrantes para infiltrar a sus agentes, pero en los últimos años Rabat trata de reclutar espías entre los soldados españoles de origen marroquí destinados en Ceuta y Melilla. "Les presionan para que colaboren diciéndoles que de no hacerlo sus familias en Marruecos pueden tener problemas", explican las fuentes.
Son hijos de padres españoles de origen marroquí. La nacionalidad nunca se pierde y se hereda de padres a hijos, según establece la Constitución del reino alaui. "En su gran mayoría son leales a España y a sus Fuerzas Armadas, pero algunos pasan información a Marruecos, como el despliegue de nuestras unidades, el numero de soldados en cada momento o las reservas de munición y carburante".
En los últimos años los radicales islamistas han elegido como objetivo para su captación a los militares españoles de origen marroquí, que en estos momentos representan el 30 por ciento de las tropas desplegadas en Ceuta y Melilla. La preparación militar recibida permite, en algunos casos, convertirse con rapidez en "muyaidines".
Este es el caso de Hamed Abderrahman, nacido en Ceuta, repatriado el 13 de febrero desde la base norteamericana de Guantánamo, donde permanecía preso tras ser capturado en Afganistán por tropas norteamericanas. El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzon le acusa de estar relacionado con la supuesta célula española de Al Qaida, desarticulada en noviembre de 2001.
El nuevo Centro de Inteligencia de las Fuerzas Armadas (CIFAS) dependiente del Estado Mayor de la Defensa, que recibe y coordina información de los servicios de inteligencia de los tres Ejércitos, ha recabado datos suficientes para establecer un significativo "triangulo" en el que se habrían infiltrado los servicios secretos marroquíes: 1) Terroristas salafistas que viven en Ceuta y Melilla bajo la apariencia de ciudadanos españoles libres de toda sospecha. 2) Terroristas salafistas camuflados como inmigrantes, propietarios de negocios tales como locutorios y tiendas de ropa, instalados en ciudades españolas y 3) militares españoles de origen marroquí.
Infiltración y 11-M. Al segundo grupo pertenecen los terroristas marroquíes detenidos en el madrileño barrio de Lavapies, presuntos autores materiales de los sangrientos atentados del 11-M. Del mismo punto de vista participan analistas del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), para quienes los servicios secretos de Rabat podrían haberse infiltrado entre inmigrantes marroquíes vinculados al terrorismo islamista. "Cualquier servicio contempla entre sus objetivos penetrar el terrorismo islamista, y los marroquíes, evidentemente, pueden meter agentes o reclutar colaboradores con mayor facilidad entre sus propios ciudadanos", aseguran fuentes militares.
Los servicios de inteligencia se muestran preocupados por la creciente infiltración de Marruecos entre los soldados de origen marroquí destinados en Ceuta y Melilla. Este será uno de los primeros problemas que tendrá que abordar el nuevo ministro de Defensa, JosИ Bono. Pero como responsable también del CNI, el ministro deberá, a juicio de las fuentes, ordenar al nuevo director Alberto Saiz que investigue si el servicio secreto marroquí oculto a España información vital antes del 11-M, dada su infiltración en las células islamistas.