Está enterrado en la Igreja de Nossa Senhora do Monte, es un lugar muy agradable -pero con muchas cuestas- en el que siempre hay alguien que toca el acordeón, desde donde se divisa todo Fuchal y puedes tomarte una cervezaa fresquita -una Imperial-.
En la calle de abajo trabajan los "carreiros", que impulsando una especie de trineo artesanal te bajan por un par de Euros (antes era por unos pocos escudos), a la parte llana ciudad.
Funchal es un lugar que merece la pena visitar, La Casa Museo de Frederico de Freitas por si sola justifica el viaje.
El Mercado "dos Lavradores" con sus coloridos y aromáticos puestos alegra los sentidos.¡
Y para los deportistas la ascensión al Pico Ruivo.¡
Merece la pena el viaje.¡