el sistema antidrón Cervus del Ejército de Tierra en servicio en el Regimiento de Guerra Electrónica nº 31.“Es una solución de guerra electrónica contra plataformas no tripuladas”, resume el comandante Rodríguez a preguntas de Infodefensa.com durante la feria Feindef. Cervus fue una de las grandes novedades del stand del Ejército de Tierra en el evento. Se trata de un sistema que consta de sistema de mando y control con inteligencia artificial que fusiona la información de radares, cámaras, antenas de radiofrecuencia, inhibidores y una torre remota Guardian de 12,7 mm. El operador con un clic de ratón controla todos estos sensores.El sistema mira hacia arriba (drones) pero también detecta todo lo que se mueve por tierra firme (vehículos terrestres no tripulados o UGV). “Es capaz de actuar contra todo lo no tripulado que vuela y que hay en el suelo”, destaca el comandante que está al frente de un equipo de siete militares que ha participado en el proyecto junto con la industria.Por parte de la industria de defensa han formado parte del proyecto media docena de empresas españolas: Grupo TRC, al frente del programa como integrador; Escribano, con su sistema electroóptico Oteos y la torre remota; ART, con el radar; Hispamast, con el mástil; y ATL, con el inhibidor.No existe nada parecido en otros ejércitos aliados próximos. “No hay ningún proyecto como este en ningún país cercano, es único”, subraya el comandante para poner en valor justo después que “es una solución totalmente nacional”.Principales sistemasLa cámara Oteos puede ver hasta a 20 kilómetros, mientras que el radar tiene un alcance de entre cinco y diez kilómetros. También cuenta con antenas sectoriales de radiofrecuencia para localizar la amenaza y con un sistema de inhibición inteligente, otra antena, en este caso, directiva. Pero si son muchos los drones, un enjambre, el sistema cuenta con una ‘seta’, una antena unidireccional que crea una burbuja contra los drones alrededor del vehículo.Además, el Cervus incorpora un dron cautivo que puede desplegarse sobre el vehículo a una altura de 100 metros para ampliar la visión. El dron se maneja con un ordenador, en lugar de radiofrecuencias, “lo que hace que sea pasivo y se puede levantar en cualquier sitio sin ser visto”. A todo esto, hay que sumar la torre remota que funciona como sistema hard kill si al final hay que abatir la amenaza. La mayoría de estos sistemas están instalados sobre un vehículo Vamtac ST5.