Las Islas canarias estaban habitadas por guanches y establecidas en reinos al mando de los Menceyes y en madeira no había habitantes.
¿Curioso verdad?
En España la Inquisición fue criminal, pero en Portugal nó, vease: """En 1768, el primer ministro ordenó quemar las listas de "cristianos nuevos”, que servían de base para los procesos fabricados por la Inquisición. En 1771 fueron prohibidos los autos de fe; varios años después se quitó al Santo Oficio el derecho de censura, se anularon los certificados de "pureza de sangre" y se prohibió el uso de los términos "cristiano nuevo" y "gente del pueblo”. Los "cristianos nuevos" fueron igualados en todos los derechos con los demás portugueses. En 1774 se prohibió al “santo” tribunal emplear la tortura.
p Según el nuevo reglamento, la Inquisición quedó 322 independiente respecto a la Santa Sede. En las cuestiones de procedimiento estaba obligada a seguir la práctica de la justicia secular. Los procesados tenían derecho a la defensa y era obligatorio hacer públicos los nombres de los testigos de cargo.
p Así pues, las reformas de Pombal redujeron a la nada la actividad de la Inquisición, si bien el reformador no se atrevió a suprimirla oficialmente. Esas reformas tuvieron por resultado, entre otras cosas, la solución definitiva del problema de los judíos en Portugal. La igualación en derechos de los "cristianos nuevos" y el cese de su persecución les permitieron asimilarse completamente al resto de la población, es decir, se hizo realidad lo que ellos venían deseando desde hacía varios siglos, a pesar de las barreras artificiales puestas por el sanguinario “santo” tribunal. La asimilación se consumó con tanta rapidez que al cabo de unos cuantos decenios después de las reformas de Pombal no había ya en Portugal ninguna huella de los "cristianos nuevos”.
p El poder de Pombal terminó en 1777, al morir el rey José I y entronizarse su hija demente María, que restituyó a la Iglesia Católica sus privilegios de antes.
p María despidió a Pombal. Fue detenido, acusado de abusar de su puesto y condenado a muerte. Pero la reacción no osó ejecutar al gran reformador y la pena capital se permutó por la reclusión perpetua. Murió en 1782.
p El derrocamiento de Pombal y el triunfo de la reacción reavivaron el Santo Oficio. Pero en vez de perseguir a los "cristianos nuevos”, como hacía antes, acosó a los partidarios de los enciclopedistas franceses. En 1778 reprimió a José Anastasio da Cunha, poeta y profesor de matemáticas de la Universidad de Coímbra, cuyos versos panteístas le parecían heréticos. Cunha pasó siete años en la cárcel de la Inquisición; tuvo que confesar sus errores y reconciliarse con la Iglesia para evitar un castigo más severo. Murió poco después de recobrar la libertad.
p Cayeron víctimas de la Inquisición el escritor Francisco Mello y los poetas Antonio Dinis y Manuel María Barbosa de Bocage. Este último, por sus obras " subversivas y ateas" fue reprimido dos veces: en 1797 y 1803. El sacerdote Francisco Manuel de Nascimento, poeta y filólogo, para salvarse del “santo” tribunal huyó al extranjero en 1785. Al cabo de siete años regresó a la patria, 323 pero la Inquisición seguía amenazando con reprimirle y se vio precisado a expatriarse de nuevo poco después.
p La actividad represiva del “santo” tribunal prosiguió hasta 1808, año en que las tropas francesas al mando del general Junot invadieron Portugal. El rey Joáo VI se fugó con su corte al Brasil, abandonando a su suerte el país ocupado por los invasores. Los franceses suprimieron la Inquisición para ganar el apoyo de los portugueses de vanguardia.
p El Santo Oficio se restableció, por poco tiempo, después de la derrota de Napoleón. En 1821, el Gobierno provisional nacido de una revolución liberal acabó definitivamente con la Inquisición portuguesa y los lisbonenses destruyeron el edificio del “santo” tribunal.
p Así se concluyó en Portugal la actividad de esa institución malhechora, que duró, con pequeños intervalos, poco menos de tres siglos.
p Al hacer un balance de la actividad inquisitorial, los historiadores de la Inquisición suelen calcular el número de víctimas de la misma.
p Veamos, pues, cuántas víctimas pesan en la conciencia de la Inquisición portuguesa. Según adelantábamos, han llegado hasta nosotros unos 40.000 expedientes del “santo” tribunal. Por regla general, cada una de las “causas” se refería a varias personas. Cierto número de expedientes había desaparecido. Entonces, ¿cuántos “ herejes” pasaron por las mazmorras de la Inquisición? ¿Cien mil? ¿Doscientos mil? Es poco probable que alguien pueda jamás decirlo con precisión.
p La investigadora inglesa Mary Brearley aduce los siguientes datos parciales, que sólo atañen al tribunal de la Inquisición de Lisboa: de 1536 a 1821 fueron quemados vivos en la capital portuguesa 355 hombres y 221 mujeres; torturados, 6.005 hombres y 4.960 mujeres; murieron encarcelados, 706 hombres y 546 mujeres. Total: 12.793 personas, incluyendo 5.727 mujeres [323•48 .
Naturalmente, estas cifras parecen insignificantes en comparación con el número de asesinados por cualquiera de las dictaduras fascistas que hacían o hacen estragos en diversos países del mundo capitalista. En los 35 años 324 de régimen fascista de Salazar hubo probablemente en Portugal no menos ejecutados y torturados, que durante toda la actividad de la Inquisición portuguesa. En el aspecto cuantitativo, el terrorismo de la reacción burguesa ha rebasado sensiblemente las fechorías del “santo” tribunal, pero "como una máquina que destruyó cuanto de valioso había en la vida del pueblo, la Inquisición fue sin igual" [324•49 . Desde este punto de vista, la Inquisición portuguesa cabía perfectamente en la regla general.
* * *
Curioso ¿verdad?